sábado, 6 de marzo de 2010

El murmullo de una magia herida




El murmullo de una magia herida


A veces encontramos la trama de nuestras vidas en el susurro de un instante que parece despertar un rumor hasta el momento desconocido. Pero no le damos mayor importancia y continuamos con nuestras vidas dentro de lo conocido y habitual. Ahí parece que nos sentimos cómodos aunque quizá algo anodinos.

Esos instantes reaparecen pero con otra factura, quizá la de lo conocido, sin constatar que no tienen nada de habitual, tan solo nuestra forma de mirarlos. Así dejamos pasar la magia y nos encerramos en disquisiciones e intrigas sempiternas razonándolas y justificándolas. Al fin y al cabo todo parece funcionar dentro de lo previsto, sin entregarnos a la espontaneidad y al murmullo de la fragancia de quienes en realidad somos.

Quizá el miedo nos haga retroceder todo el camino andado, pero la vida nos sigue esperando agazapada en un detalle insignificante, una mirada o un gesto, que en su momento fuimos capaces de vislumbrar y ahora desestimamos. Intentamos evocar dichos instantes, incluso nos sentimos cómodos y felices, pero todo está ahora en su sitio y estos instantes no son más que una sombra, nuestra propia sombra.




Gerardo Segurado

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